Autora: Cristina Rama Hernández.
Editorial: Círculo Rojo.
ISBN: 978-849050-8558
Número de páginas: 208
Precio: 15.
Sinopsis:
A las puertas de la treintena, Akasha se debate entre quedar recluida en sí misma o vencer la depresión y afrontar la vida.
Luchando por los recovecos de su mente encontrará una figura que nunca la ha abandonado, que ha estado observandola en los buenos y en los malos momentos.
De la que siempre ha estado enamorada: La muerte.
Todo esto, con mucho humor, por supuesto.
Akasha está atravesando una profunda depresión, pero un día en la discoteca la dan la opción de seguir o de renunciar a su vida.
Gracias a la Editorial Círculo Rojo por el ejemplar.
Cuando me enviaron este libro no sabía mucho de que iba, porque su sinopsis no dice mucho sobre la historia. Pero empecé a leerlo y me encontré con que la historia está narrada por nuestra protagonista, que está pasando por una depresión, y que luego el libro se divide en capítulos en los que sale Akasha y capítulos que salen sus amigos.
Lo primero decir que a pesar de ser un libro finito, se me hizo muy tedioso, y tardé un montón de tiempo en leerlo. Las amigas de Akasha no me hacen gracia en absoluto ya que se metían bastante con ella aunque fuera "en broma" y por otras cosas que contaré más adelante.
La historia se trata de que Akasha se desmaya y se va a un laberinto de donde salen criaturas mágicas y tiene que ir atravesando diferentes pruebas para poder despertar.
Y la parte que me molestó es que mientras Akasha está inconsciente, sus amigas van 2 veces contadas a verla al hospital, y se van de fiesta poniendo la excusa de que 'Hay que seguir adelante' sin que su amiga esté muerta ni nada de eso.
Los toques de humor no son muy fuertes, me reí solamente una vez.
Y algo que sí me pareció muy original fue el final, ya que puedes elegir dos finales para esta historia.
Y hubo momentos en los que también me gustó que la chica tuviera que enfrentarse a distintas pruebas en ese laberinto.